sábado, 2 de octubre de 2010

La fachada

Se ven tres o cuatro personas en la sala de espera. Sentados cómodamente. Algunos, nerviosos, ojean revistas sin prestar demasiada atención. Una joven de delantal los hace pasar uno a uno.
Luego de que el último dolorido paciente se retira del consultorio, el demonio hace desparecer a la asistente y se quita su máscara de dentista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario