miércoles, 29 de septiembre de 2010

La calle

Hay una calle. Una calle de adoquines. Quizás el trabajo de cientos de condenados. ¿Quién sabe?. No hay veredas. Apenas un cordón separa la vía de los edificios. ¿Por dónde caminan las gentes?. O acaso ya no caminan. No caminan y no miran. Sólo paredes, altas paredes que forman edificios. No hay ventanas. No hay ventanas, no hay veredas. Sólo adoquines. Adoquines en la calle, adoquines en las paredes. Unos arriba de otros, unos al lado de otros. Se me antojan personas en algún entramado social. Unos sostienen, otros hacen equilibrio. El cielo es de un negro definitivo. No hay estrellas, sólo una luna amarillenta en el horizonte, al final de la calle. Mira los adoquines y piensa:
- De qué les sirvió llegar hasta aquí?

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